Me sorprendí mucho a mí misma el día de la cabalgata, que en cuanto terminó me puse a decirle a mi abuela que a ver si nos íbamos ya para abrir los regalos ( porque los Reyes Magos pasan antes por casa de mis abuelos) y luego me puse bastante nerviosa porque viven en un tercero y nos hacen subir las escaleras a los nietos de uno en uno, sin gritar y despacito por si todavía están los pages en la casa y no les da tiempo
. En ese momento me di cuenta de las veces que he subido esas escaleras, con mis primos a ver quien llegaba antes y con el cosquilleo de tripa que nunca faltaba. Total, que de lo nerviosos que estaban todos me contagiaron a mí también y disfruté un montón.
. En ese momento me di cuenta de las veces que he subido esas escaleras, con mis primos a ver quien llegaba antes y con el cosquilleo de tripa que nunca faltaba. Total, que de lo nerviosos que estaban todos me contagiaron a mí también y disfruté un montón.
Al día siguiente los Reyes me demostraron que hay que tener ilusión al traerme muchas sorpresitas que no había pedido y con las cuales me quedé sin palabras. Así que, he cambiado de opinión y ¡me declaro niña para todas las Navidades!!
Todo esto me ha hecho pensar en la magia y la ilusión, no solo para ocasiones especiales, sino para el día a día, los nuevos proyectos, las pequeñas cosas cotidianas y extraordinarias..
. Y como conclusión saco que todo es mejor con magia...¡y siempre mirar el lado positivo, ilusionarse o reilusionarse por las cosas y no perder las ganas!
. Y como conclusión saco que todo es mejor con magia...¡y siempre mirar el lado positivo, ilusionarse o reilusionarse por las cosas y no perder las ganas!
Que paseis una buena semana,
Carmen