Cuando todo cambia

El otro día me vino a la cabeza una frase de la Madre Maravillas de Jesús: ''  Lo que Dios quiera, como Dios quiera, cuando Dios quiera''. Y meditándola me dije que en verdad todo lo que deseamos llegará si Dios nos lo permite, pero sobretodo le di vueltas a esta cita porque me recordó una vez más la experiencia de que mi padre tuviera un derrame cerebral y estuviera ingresado en el hospital.
Días antes de que sucediera, parecía que teníamos ya todos los planes hechos, y todo organizado. Mi madre iba a empezar a trabajar dando clases extras a la gente que hubiera suspendido lengua de 4º de la ESO en mi colegio, mi padre ya había decidido cuando cogerse las vacaciones, habíamos hecho planes de excursiones a lugares, y a todos nos parecía que iba a ser un verano como otro cualquiera. Pero no, ahí se manifestó el derrame, que cambio todos nuestros planes, y estos ya no eran tan importantes.
Es increíble cómo te puede cambiar todo de la noche a la mañana, y cómo tu relación con Dios también es diferente. En mi caso, ha pasado de ser alguien con quien hablaba cuando iba a misa y en algún rato de oración, a tenerle más presente en mí y agradecer más el poder sacar esos ratitos de oración personal. Pero también es sorprendente como Él te dice: '' No, prefiero para ti otro camino'' o te hace ver con claridad qué decisión tomar.
Los primeros días tengo que reconocer que estaba muy disgustada con Él, le decía que por qué había dejado que pasara, por qué no lo había impedido... pero poco a poco fui comprendiendo, y sobretodo gracias a una charla que tuve con un sacerdote amigo, que no es que Dios quisiera que sufriera, que no quería desearme el mal, o que pasara un mal momento, sino que como criaturas humanas que somos es normal que enfermemos, suframos...pero que estas experiencias y sufrimientos son motivo para unirnos más a Cristo, y ocasión de poder ofrecer...
Por eso, cada vez que lo volvía a pensar me parecía cada vez más sorprendente cómo puede descolocarse tanto la vida, y como Dios luego va colocando y  ordenándolo todo. Una anécdota que pasó es que mi madre ya no pudo empezar a dar clases, y decía con una sonrisa: '' Señor, si no querías que diese clases me lo podrías haber dicho de un modo más suave.''
Solo puedo darle gracias a Dios, por mi familia, pero también por esta experiencia, que me ha parecido como un puzzle, al principio todo esta descolocado, y hay confusión, pero luego las piezas se colocan, volviendo a estar ordenadas.

Carmen.